
I HAVE A DREAM
Dirigió la histórica marcha a Washington (28 de
agosto de 1963) donde pronunció su famoso discurso “I Have a Dream” (Tengo un
Sueño), que a continuación reproducimos algunos mejores extractos (a modesto
criterio del suscrito):
“Un gran rayo
de luz de esperanza vino como un lindo amanecer al final de una larga noche de
cautiverio.
Somos arquitectos
de nuestro destino. Nos rehusamos a
creer que existen limitaciones para nuestros afectos, creemos en la existencia
de una gran bóveda de oportunidades.
Es el momento
de hacer realidad las promesas, de sacar nuestras ilusiones de las arenas
movedizas, dejemos de estar parados en el umbral gastado que conduce a la
infelicidad.
No podemos
caminar solos. Y al caminar, debemos hacer la promesa que siempre marcharemos
adelante. No podemos volver a tras.
Hasta que la
justicia corra como el agua y las virtudes como fuerte quebrada. Yo tengo un
sueño que algún día cada valle será elevado y cada colina y montaña serán hechas
llanas. Con esta fe podremos labrar de la montaña de la desesperación una
piedra de esperanza”.
HÉROE DE LA PAZ:
En 1964, el doctor Martin Luther King fue galardonado
con el Premio Nóbel de la Paz (a la edad de 35 años – hombre más joven -, el
segundo norteamericano y el tercer negro premiado con el Premio Nóbel de la
Paz). Al recibir el premio, ofreció un
discurso que es un canto a la esperanza para todo hombre que cree en la fuerza
liberadora del amor, que a continuación reproducimos algunos mejores extractos
(a modesto criterio del suscrito):
“Hoy, en la
noche del mundo y en la esperanza de la Buena Nueva, afirmo con audacia mi fe
en el futuro de la humanidad. Me niego a creer que las circunstancias actuales
hagan incapaces a los hombres para hacer una tierra mejor. Me niego a creer que
el ser humano no sea mas que una brizna de paja azotada por la corriente de la
vida, y sin tener posibilidad alguna de influir en el curso de los
acontecimientos. Me niego a compartir la opinión de aquellos que pretenden que
el hombre es, hasta un punto tal, cautivo de la noche sin estrellas, del
racismo y de la guerra; que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no
podrá nunca llegar a ser una realidad. Me niego a hacer mia la afirmación cinica
de que los pueblos iran cayendo, uno tras otro, en el torbellino del
militarismo, hacia el infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la
verdad y el amor sin condiciones tendrán la ultima palabra. La vida, aun
provisionalmente vencida, es siempre mas fuerte que la muerte. Creo firmemente
que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban,
permanece la esperanza de un radiante amanecer. Me atrevo a creer que, un día,
todos los habitantes de la tierra podrán tener tres comidas al dia para la vida
de su cuerpo, educación y cultura para la salud de sus espíritu, igualdad y
libertad para la vida de su corazón”.